En ocasiones te encuentras con espacios de tal fuerza, que en cierto sentido no quieres conocer el resto de la arquitectura por el miedo de que esta te decepcione.
Posiblemente la razón por la cual Brody House es ya un icono de la arquitectura californiana es gracias a este patio donde Quincy Jones y Garrett Eckbode hicieron un trabajo esplendido. En el crearon una atmosfera intimista y fresca donde la arquitectura, el mobiliario y el paisaje se entremezclan. La vegetación –con un gran ficus como protagonista- altera el volumen mediante sombras proyectadas. El mural de Henri Matisse complementa el color de la vegetación subtropical y la decoración se sitúa entre ese límite de objeto arquitectónico y mobiliario. Simplemente genial.