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El estudio belga B-ILD, reconvierte este antiguo bunker holandés en una pequeña vivienda de vacaciones. Paisajismo y arquitectura se dan de nuevo la mano para llevar a cabo este matrimonio peculiar. Tal como diría mi amigo Eduardo Blázquez, el proyecto nos habla del mito de la caverna en una propuesta que trabaja el paisaje como un escenario infinito. La vivienda, oculta, se proyecta –con sus mismos m2- en el exterior. Una tarima de madera se implanta en el paisaje como mínima intervención en el territorio. Diálogos asilvestrados entre madera y prado, plano y montículo. El campo es ahora jardín. Juegos de llenos y vacíos, volúmenes y superficies son la esencia de esta rehabilitación quirúrgica, que reprograma un espacio en un pasado huidizo del entorno, y que ahora mira al infinito como imagen especular de su belleza interior.

¿Qué más decir? Cuidada decoración interior que mantiene la esencia y austeridad de lo que fue.

Y vosotros, ¿qué opináis?

Datos del proyecto:

Estudio de arquitectura: B-ILD.
Ubicación: 4214 Vuren, Netherlands.
Superficie: 11m².
Año: 2014.

Fotografía: Tim Van de Velde.

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